Es irreemplazable el estilo novedoso, espontáneo, sin parámetro e irrepetible de lo que se produce en cada sesión.
No se trata del control del lenguaje, tampoco de la explicación, esta más centrado en las fallas naturales que se presentan en todo ser hablante, apsus, equívocos, confusiones, rectificaciones (del tipo «no es lo que quería decir») etc, o el espontáneo recuerdo de un sueño, o un hecho sin aparente importancia, sin embargo, es el espacio de lo INCONCIENTE.
Siempre aparece con ese dejo extraño, aquello que será lo propio, lo nuestro.
Es de necesidad estructural creernos «algo», generalmente otra cosa de lo que somos y se muestra por las formaciones inconscientes o sus efectos.
No disponemos a voluntad de saber quienes somos, por el contrario,el falso saber que nos habita es vuelto a su lugar y posición por el análisis de las situaciones que contamos en cada sesión.
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