Es posible que la pregunta importante sea la que no se formula,y el psicoanálisis es un espacio para la pregunta.
Pensemos en el acceso a la «verdad del psicoanálisis» dificultado por la incredulidad y el escepticismo.A veces ciertos deseos infantiles y fantasías ,junto con sus expectativas,se trasladan a la consulta (encontrar trabajo,o amor,etc,). La decepción que se produce ,especialmente porque no se le da una solución o respuesta inmediata,termina con el tratamiento,antes de que empiece.
Otras veces se objeta al psicoanálisis el crear pensamientos penosos en boca de la persona que consulta. FALSO.Siempre esos pensamientos habían estado antes alli,nadie los inserta,no es un «lavado de cerebro»,solamente se liberan.
Estos pensamientos no siempre son conscientes ,pero están preparados para surgir ante cualquier convocatoria.Y no sólo pensamientos,hay también sentimientos que a veces están referido a a otras situaciones y no específicamente a las que los hacen surgir.
El analista no dice lo que se quiere oír,sino lo que se escucha a través de la palabra del consultante